El equilibrio de una comunidad depende que cada parte lleve a cabo su función y de esto depende que cada una esté en contacto con su verdadera naturaleza, su talento innato y espontáneo, para que se liberen
y expresen en el mundo sus capacidades y no las que le son impuestas o le resulten extrañas.
En el libro ‘Shambla escuela de Dioses’, la autora Estrella de Belén Jimenez, nos lo explica de una forma muy concreta. Ella nos dice que para que una canción tenga equilibrio y sea armoniosa, los componentes de una orquesta tienen que tocar cada cual su nota, como podemos escuchar a una batucada o a una sinfonía de Beethoven.
Esta esencia vital es la que se pone de manifiesto en esta obra, y la imagen que desarrollamos, recoje el alma del pueblo de Binissalem en su conjunto, bajo el título “tu impronta importa”.
La cosecha son los frutos que se recolectan de la tierra en la época del año que están maduros.
Teniendo cuenta que Binissalem es conocida para ser suelo de viñas y de vinos y que su materia prima es la uva, su cosecha representa la clausura de un proceso que empieza por la potencia de la semilla que forma el árbol que permite la Vendimia.
El carácter procesual de la obra que presentamos en el Art Jove 2022, pretende capturar este paso del tiempo que vincula como partes de un todo el presente, el pasado y el futuro del pueblo de Binissalem.
Los que ya no están, los que estamos y los que están para llegar.
El vino simboliza la vida, para poder disfrutar del vino han tenido que pasar muchas cosas antes, valiosas improntas que han sacado el zumo para que podamos brindar con las copas llenas el día de la Vermada.
La época de fiestas es un momento donde no se hacen distinciones y todos los vecinos del pueblo pueden disfrutar. Este nexo de unión e integración se da en un espacio que se transforma en un lugar de todos, donde cada cual puede compartir con el otro las alegrías y las penas.
La Vermada del 2022 tiene un matiz especial por qué se vuelve a hacer después de tres años, este momento después de la pandemia es una ocasión única para honrar los que se han ido y celebrar el reencuentro, por eso expresamos en la propuesta esta memoria histórica, porque son los cimientos que hacen posible la idiosincrasia de este pueblo.
Por su simbología hemos elegido el entorno de la Fundación Sa Llavor para instalar nuestro proyecto.
Una semilla es el principio activo que contiene toda la potencia de un árbol que todavía no ha tomado ninguna forma concreta y contiene todas las posibilidades que todavía no se han materializado.
Según donde se encuentre plantada, la intención y las emociones con la cual fue sembrada, este árbol crecerá de una manera o de otra. No existe una parra igual en el otro, cada uno de los árboles que encontramos a una viña es única, irrepetible e imprescindible, y esto conecta con la tarea de la fundación que se encarga de que el desarrollo de las generaciones futuras del pueblo se lleve a cabo haciendo que cada alumno esté en contacto con su esencia y conozca cual es su impronta.